En la era de la información en la que vivimos, es clave que el alumnado aprenda a buscar, analizar, distinguir y procesar información de manera crítica. En este sentido, la filosofía es muy poderosa, ya que nos proporciona herramientas para indagar, para distinguir entre hechos y opiniones, y evaluar la solidez de los argumentos, las evidencias y las posiciones que se nos presentan.
Los retos del siglo xxi requerirán soluciones innovadoras. La filosofía nos invita y nos obliga a salir de lo convencional, a pensar de maneras diferentes. Adquirir este hábito será de un valor incalculable en un mundo que cambia con tanta rapidez.
Filosofar, casi por definición, implica ponerse en los zapatos del otro. Significa adoptar ideas ajenas, aunque sea temporalmente, para así llegar a saberes diferentes de manera distinta. Aprender desde pequeños que existen maneras diversas de ver y comprender el mundo es de gran importancia para el alumnado. Tolerar ideas diversas, debatir pacíficamente y defender el derecho de otros a expresarse son algunas de las bases de la democracia; son valores que todo ciudadano pleno debería tener.
Aprender matemáticas nos enseña a pensar de una manera lógica y a desarrollar habilidades para la resolución de problemas y toma de decisiones.
Gracias a ellas también somos capaces de tener mayor claridad de ideas y del uso del lenguaje.
Con las matemáticas adquirimos habilidades para la vida y es difícil pensar en algún área que no tenga que ver con ellas. Todo a nuestro alrededor tiene un poco de esta ciencia.